viernes, 2 de septiembre de 2016

Seneca

Seneca

Epicuro

«cosa honesta —dice— es la pobreza llevada con alegría»

Mas no es pobreza aquella que es alegre; no es pobre el que tiene poco, sino el que ambiciona más. Pues, ¿qué importa cuánto caudal encierre en su arca, cuánto en sus graneros, cuánto ganado apaciente o
cuántos préstamos haga, si codicia lo ajeno, si calcula no lo adquirido, sino lo que le queda por adquirir? ¿Preguntas cuál es el límite conveniente a las riquezas? Primero tener lo necesario, luego lo suficiente.
Procúrate cada día algún remedio frente a la pobreza, alguno frente a la muerte, no menos
que frente a las restantes calamidades, y cuando hubieres examinado muchos escoge uno para meditarlo aquel día.

«Algunos hasta tal punto se refugian en la oscuridad que consideran confuso cuanto es luminoso».
sin compañía no es grata la posesión de bien alguno.
 aprovecharon más de la conducta que de las enseñanzas de Sócrates
Dice así: «¿Me preguntas en qué he aprovechado? He comenzado a ser mi propio
amigo»[3]. Mucho ha aprovechado: nunca estará solo. Ten presente que un tal amigo es posible a todos.
He comenzado a ser mi propio amigo


Recógete en tu interior cuanto te sea posible; trata con los que han de hacerte mejor; acoge a aquellos que tú puedes mejorar. Tales acciones se realizan a un tiempo y los hombres, enseñando, aprenden.

«para que alcances la verdadera libertad conviene que te hagas esclavo de la filosofía, porque ser esclavo
de la filosofía es precisamente la libertad.

Yo te descubriré un modo de provocar el amor sin filtro mágico, sin hierbas, sin ensalmos de hechicera alguna: si quieres ser amado, ama

el sabio: se concentra en sí mismo, vive para sí.

estando sometida su patria, perdidos los hijos, perdida su esposa, mientras escapaba del incendio total solo y, pese a todo, feliz, Demetrio, llamado Poliorcetes por sus asedios a las ciudades, le preguntaba si había perdido alguna cosa, a lo cual respondió: «Todos mis bienes están conmigo»

«Todos mis bienes están conmigo»: justicia, valor, prudencia, la misma disposición a no considerar como un bien nada que se nos pueda arrebatar.


«A quien sus bienes no le parecen muy cuantiosos, aun siendo dueño de todo el mundo, ése es un desgraciado»


Cultiva aquel bien que mejora con el tiempo

No hay comentarios:

Publicar un comentario