domingo, 18 de octubre de 2015

la esencia


TIEMPO MAGICO
Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante que el que viví hasta ahora. Me siento como aquel joven que ganó una caja de dátiles. Los primeros los comió con desgano pero, cuando se dio cuenta que quedaban pocos, comenzó a roer hasta el hueso. Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridad. No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a intrigantes y ventajosos. Me molestan los envidiosos que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus lugares, talentos y logros. Ya no tengo tiempo para proyectos megalomaníacos. No participaré de conferencias que establecen plazos fijos para erradicar la miseria en el mundo. No quiero que me inviten a eventos de un fin de semana donde se pretende solucionar los problemas del milenio.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo q no se va a lograr nada. Ya no tengo tiempo para soportar a las personas que, a pesar de su edad cronológica, son unos inmaduros. No ver las agujas del reloj avanzando en reuniones de ''confrontación'', donde ''tiramos todos los hechos sobre la mesa''. Detesto ser testigo de los efectos que genera la lucha por obtener un majestuoso cargo ‘‘x". Recuerdo ahora a Mario de Andrade, que afirmó: ''Las personas no discuten contenidos, apenas discuten los títulos''.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos. Quiero la esencia, mi alma tiene prisa. Sin muchos dátiles en la caja, quiero vivir al lado de gente humana, muy humana. Que sepa reír de sus errores, que no se envanezca con sus triunfos, que no se considere electa antes de la hora, que no huya de sus responsabilidades, que defienda la dignidad de los marginados y que desee tan sólo andar al lado de la verdad. Caminar junto a cosas y personas de verdad, disfrutar de un afecto absolutamente sin fraudes nunca será pérdida d tiempo. Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena. Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas. Gente que los golpes duros de la vida, los enseñó a crecer con toques suaves en el alma.
Sí. Tengo prisa por vivir con la intensidad que solo la madurez puede dar. Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dátiles que me quedan. Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido. Mi meta es llegar al final de mis días satisfecho con migo mismo y en paz con migo mismo.