martes, 30 de octubre de 2018

Que para poder querer debo aprender a quererme

Al final entiendo que fuí yo. Fuí yo quién cambió y no es la persona que solía ser. Nuestros corazones latieron de prisa pero el mío, el mío nunca fue lo suficientemente rápido para alcanzar al tuyo. Mis palabras fueron malinterpretadas y mis acciones equivocadas. Pero es imposible negar que en algún momento esto no fue lo suficientemente grande para pensar en un final.
Y las horas pasan, se convierten en días, semanas, meses. De Abril a Abril escribiendo canciones que jamás escucharías. Es una ironía que nuestros anhelos se convirtieran en frustraciones, como mis acciones y decisiones terminan siendo errores.
¿En qué momento pasó de ser invierno a ser verano?
¿En qué momento nuestro futuro se convirtió en el pasado?
No paso un día sin que no lamente no haber podido decir adiós. Terminar todo durante una llamada telefónica con pésima conexión. No existen argumentos que definan mi postura. Ni siquiera hay dos partidos en esta disputa, acepto la culpa. Esta ciudad no es tan grande como pensaba y nuestro camino no fue tan largo como esperaba.
Tu y yo no somos iguales pero tampoco somos tan diferentes. Ambos somos personas perdidas en el subconsciente tratando de encontrar sentido en los brazos de otra gente. Porque asi ha sido como nos lo han dicho, bajo una falsa espectativa de lo que es amar creada por los medios y las cientos de películas que vimos hasta el amanecer.
Crecimos creyendo que felicidad es sinónimo de estabilidad pero estabilidad no es encontrar a alguien a quien amar. Así que pasamos nuestras vidas persiguiendo algo que no es real. Gracias por enseñarme que la separación es normal. Todo es parte de un proceso donde no existe un principio sin un final. Así es la vida, todo es desechable y todo se vuelve plácemes. El cielo y el infierno no son opuestos sino partes de un complemento. Te agradezco haberme permitido conocer ambas partes.
Esto no es una canción y tampoco una carta para pedir perdón. Solo son ideas y palabras parte de una reflexión para cerrar ciclos, aceptar mis errores y poder decir adiós.
¡Alejate!
Huye lejos de mi antes de que me arrepienta.
¡Olvídame!
Luchando contra la marea he aprendido a navegar bajo la tormenta.
¡Encuéntrame!
Y por más que quiero detenerte no trates de engañarte.
¡Despídete!
Que para poder querer debo aprender a quererme.